Martha Elena y el legado del sombrero Aguadeño en Caldas
Aguadas, un municipio Ubicado en el norte del departamento de Caldas, no solo es conocido por sus bellos paisajes y su clima templado, sino también por ser la cuna del icónico sombrero aguadeño. Este accesorio, que combina elegancia y tradición, tiene como base la iraca, una fibra natural que se transforma en verdaderas obras de arte gracias a las manos expertas de artesanos como Martha Elena Bedoya.
Martha Elena vive a seis kilómetros del casco urbano de Aguadas, en una vivienda a orillas de la carretera. Desde allí, rodeada de la Iraca y de cafetales , dedica sus días a un oficio que ha pasado de generación en generación: el tejido del sombrero aguadeño. La iraca, una planta de hojas largas y flexibles, es el elemento esencial de su labor.
Con dedicación, Martha Elena no solo cultiva la iraca, sino que también la prepara y entrelaza, logrando que cada sombrero sea único. Con una calidad sonrisa nos exclama que la iraca es para la mujer berraca, comenta mientras sus manos se mueven rápidamente sobre un sombrero en proceso. Su destreza y pasión han llevado sus creaciones más allá de las fronteras locales.
Uno de los mayores orgullos de Martha Elena es saber que sus sombreros han llegado a manos de figuras icónicas. Con emoción, cuenta que el Papa Juan Pablo II recibió uno de sus sombreros como obsequio en una visita a Colombia, un momento que marcó su vida. Además, sus creaciones han sido utilizadas por figuras públicas como el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien las lució en diversas ocasiones, destacando el valor cultural del sombrero aguadeño.
Sin embargo, Martha Elena también enfrenta desafíos. El mercado de artesanías a menudo es competitivo, y el trabajo manual muchas veces no es valorado como se merece. A pesar de ello, ella persiste, convencida de que el sombrero aguadeño es más que un accesorio: es un símbolo de la historia y el talento de su tierra.
Hoy, el sombrero aguadeño es reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación, un logro que llena de orgullo a artesanos como Martha Elena.
Desde su hogar, a orillas de la carretera, Martha Elena sigue hilando historias y tradiciones. Cada sombrero que sale de sus manos lleva consigo un pedazo de Aguadas: su cultura, su historia y la pasión de una mujer que ha dedicado su vida a un oficio que trasciende el tiempo.
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