El Mito de La Chaquira de San Agustín

Historia de La Chaquira de San Agustín y las conexiones astronómicas.

Según la leyenda, se decía que La Chaquira de San Agustín era un portal sagrado que permitía a los chamanes o líderes religiosos de la época, comunicarse con los dioses.

Un chamán llamado Nahuel visitó la piedra una noche, en la cual la luna se encontraba en una posición especial proyectando un suave resplandor sobre el lugar. El chamán colocó sus manos sobre la piedra, permitiendo que su energía fluyera a través de él. Cerró los ojos y se sumergió en la profunda conexión con el universo.

De repente, Nahuel se encontró elevándose en el cosmos, rodeado de la brillantez de las estrellas y las constelaciones. Voces etéreas le comunicaban sabiduría ancestral.

El chamán fue adorado por su pueblo durante muchos años, transmitiendo su conocimiento a otros chamanes, se le enseñó a predecir las lluvias y las sequías para la buena cosecha según la posición de las estrellas y la piedra era un poderoso instrumento para alinear las festividades y ceremonias con los movimientos astronómicos. Durante los solsticios y equinoccios, la piedra actuaba como una puerta interdimensional.

Desde entonces, la Piedra de la Chaquira se convirtió en un símbolo de conexión cósmica. En momentos clave del año, los chamanes y el pueblo se congregaban alrededor de la piedra, abriendo sus corazones a la magia de los astros y renovando su conexión con el universo.

A medida que Nahuel realizaba sus viajes interdimensionales por el universo y se sumergía en la conexión con las estrellas. Comprendió que la misma energía que sostenía las estrellas y los planetas, fluía también a través de cada ser humano y de todas las formas de vida en la Tierra.

En ese momento de profunda comprensión, Nahuel se dio cuenta de que todos estamos interconectados por una fuerza vital universal. recordándonos que somos parte integral de algo más grande que nosotros mismos.

Sintió en su interior que el universo es un vasto océano de energía en constante movimiento y transformación. Cada pensamiento, cada emoción, cada acción que emanamos hacia el mundo, es como una onda que se expande y se entrelaza con el tejido energético del universo.

En su sabiduría, Nahuel compartió con su pueblo la importancia de reconocer esta energía universal y de utilizarla de manera consciente. Les enseñó a canalizarla a través de prácticas espirituales, meditaciones y rituales, para equilibrar sus propias energías y ser armoniosos con el entorno que los rodeaba.

Esta reflexión sobre la energía universal despertó en la comunidad un profundo sentido de responsabilidad y conexión con el mundo que los rodeaba. Comenzaron a comprender que sus pensamientos, palabras y acciones no solo impactaban sus vidas individuales, sino que también resonaban en el tejido del universo, creando una vibración que afectaba todo lo que los rodeaba.

esta historia nos inspire a ser conscientes de la energía que fluye a través de nosotros y a utilizarla de manera amorosa y sabia, reconociendo nuestra interconexión con todo lo que existe en el vasto universo.